Yoruba 1.0

Serie de retratos tomados en La Habana, Cuba.

Inspirados en un proyecto que pretende recuperar esta raíz ancestral y base de una práctica de vida para muchos creyentes.

En una de nuestras raíces de la religión Afroamericana  "Regla de Ocha" (como se llama realmente la Santería Afrocubana, o del Caribe) hay ciertos rituales imprescindibles que están llenos de simbolismo y de misticismo, uno de ellos es vestirse de blanco para ceremonias y celebraciones. Esta práctica tiene varias explicaciones, pero la más acertada es la que da cuenta de la simbología del color  y la influencia del Islam y de los musulmanes en las prácticas de la Regla.

El color blanco se asocia a la pureza, es el color de Obatalá, dueño de la cabeza, padre de todos, por cuanto vestirse de blanco es sinónimo de estar puesto para converger en el camino de Obatalá, el camino de la purificación. Hay también una historia que dice que los sacerdotes de Ifa en principio de vestían de negro pero para presentar sus respetos a Obatala decidieron vestirse de blanco. Cierta he históricamente, nuestra religión es un cumulo de sabiduría que no solamente proviene del Africa Nigeriana, es una fusión de varias culturas y entre ellas está la influencia que ejercieron los musulmanes. Se dice que la Regla de Ocha opto esta costumbre de ritos musulmanes de purificación, así podemos ver que la profunda simbología de vestirnos de blanco para ceremonias y festejos es simplemente señalar un camino de compromiso y purificación marcado por una deidad tan poderosa y determinante como Obatalá, padre de todos nosotros y creador de nuestra cabeza. Para el año de sacrificio, año obligatorio para todos los consagrados, el Iyawo debe vestir de blanco riguroso 365 días más 16 días, numero simbólico múltiplo de Obatalá, quien rige el número 8 y todos sus múltiplos. A nivel físico cromático, el color blanco deja penetrar la gama de colores que podemos percibir, su antónimo, el negro es incapaz de dejar penetrar la luz, semánticamente, aquí está la explicación, por cuanto, vestirnos de blanco, básicamente significa: dejarnos penetrar por la luz.

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